El relato que inspira fiestas en todo Brasil cuenta las aventuras de Padre Francisco y su esposa, Madre Catirina, quien, embarazada, desea comer lengua de buey. Para satisfacer los deseos de su mujer y asegurar la salud de su hijo, Padre Francisco mata al mejor buey de la hacienda, despertando la ira de su patrón.
El señor de la hacienda amenaza a Padre Francisco con un castigo: si no le devuelve a su mejor buey en un día, Padre Francisco y toda su familia sufrirán las trágicas consecuencias. Gracias a la intervención divina, Padre Francisco y Madre Catirina consiguen un verdadero milagro: resucitan al buey, dando así origen a una de las fiestas folclóricas más famosas de todo el país.
Celebrado en todo Brasil, cada región tiene su propia versión del buey, pues en cada lugar surgieron diferentes nombres, ritmos, formatos, indumentarias y personajes.
En algunas regiones, se representa a Padre Francisco como un hombre esclavizado… En otras, es un vaquero. También puede llamarse Chico o Mateus, y Madre Catirina puede ser Catarina. Además, dependiendo del lugar, quien investiga la desaparición del buey es el delegado o el vaquero jefe, y quien busca a Chico son los capangas del coronel o los indígenas. Quien ayuda a traer al buey de vuelta a la vida es un médico, un sacerdote o un pajé, curandero y guía espiritual indígena.
En Parintins, el corazón de uno puede ser azul o rojo… y late al frenético ritmo de los animales más celebrados: ¡los bueyes del ritual de la Amazonía!
Cada año, la ciudad se transforma en el escenario de un evento inolvidable que marca el ritmo e ilumina el Bumbódromo, donde los bueyes Caprichoso y Garantido se enfrentan por el corazón de miles de admiradores. Seis mil participantes, conocidos como brincantes, vibran al son de las toadas, exaltando la naturaleza por medio de coreografías, ritmos y elementos visuales que transmiten el entusiasmo que la población local siente por los misterios de la mayor floresta del mundo.
Boi Garantido (en castellano, el Buey Garantido) es blanco, con un corazón rojo sobre la frente. Nació en 1913, en la antigua carretera Terra Santa, en Baixa do São José. El pequeño Lindolfo Monteverde, que por entonces tenía 11 años, escuchaba las historias que su abuelo le contaba.
Una de ellas hablaba sobre un buey que bailaba para entretener a niños y adultos por igual. Inspirado por el relato, Lindolfo creó un armazón cubierto con telas y salió a jugar como si fuera el Boi Bumbá. Años más tarde, Lindolfo enfermó y prometió a San Juan Bautista que, si sanase, su buey no dejaría de salir a las calles mientras él viviera. Desde entonces, todos los años, entre el 30 de abril y el 1 de mayo, los brincantes toman las calles de Parintins para anunciar el inicio de las festividades.
Boi Caprichoso (o Buey Caprichoso) es negro, y una estrella azul decora su frente. Esta asociación fue fundada en 1913 por Roque da Silva Cid, que en aquella época tenía 33 años. Natural de la ciudad de Crato, en Ceará, Roque llegó a la ciudad de Parintins a mediados de 1897.
Tras oír a su amigo José Furtado Belém hablar sobre una fiesta del buey que había presenciado en la Plaza 14 de Manaos, Roque y su hermano, Antônio Cid, reunieron a algunos amigos para organizar una gran diversión. Con el paso del tiempo, la celebración ganó fama y pasó a ser conocida como parte de la historia del Boi-Bumbá de Parintins.
Durante tres noches, el fascinante enfrentamiento tiene lugar en el Centro Cultural de Parintins, popularmente bautizado como el Bumbódromo, un estadio en forma de cabeza de buey. Con capacidad para 25 mil espectadores, el lugar es el escenario de la disputa entre los grupos de Caprichoso y Garantido, que se turnan en escena, ofreciendo más de cuatro horas diarias de espectáculo. Más de 2500 brincantes de cada buey desfilan exhibiendo sus disfraces, adornos, coreografías y alegorías, y diferentes toadas crean una fiesta diferente cada noche. Fuegos artificiales, efectos especiales, espectáculos con láser, sofisticados mecanismos y gigantescas carrozas se aúnan para convertir la celebración en una de las fiestas más lindas del mundo.
Portaestandarte:
El símbolo del buey en movimiento. Con fuerza, desenvoltura y mucha simpatía, la portaestandarte baila con la bandera que ostenta el símbolo y los colores de su boi-bumbá.
Cunhã-Poranga:
La india más linda de la tribu. Con espíritu guerrero, expresa con su danza los sentimientos de amor y pasión. Su belleza transmite la excepcionalidad de la mujer nativa de la Amazonía.
Reina del Folclore:
La representante de esta manifestación popular ensalza el respeto por la naturaleza y lleva hasta los espectadores la magia de encarnar a un buey en armonía con la diversidad cultural de la selva.
Pajé:
Curandero, chamán y sacerdote, él es el punto de equilibrio entre las tribus. Escenifica los ritos y las leyendas indígenas. En la historia, es él quien resucita al buey al que Padre Francisco corta su lengua para satisfacer los deseos de Madre Catirina.
Amo del Buey:
El dueño de la hacienda. Él mantiene viva la tradición de la fiesta con la rivalidad que se esconde tras su poesía. Su emblemática figura está inspirada en la tradición norteña de lo repentino y de la improvisación.
Sinhazinha o Señorita de la Hacienda:
La hija del dueño de la hacienda. En la representación, luce vestimentas que representan toda la pujanza de los vestidos de las sinhás o señoras de los tiempos coloniales.
Boi Bumbá:
El gran protagonista del festival. Su participación contagia al pueblo, que espera todo un año para verlo. Quien da vida al animal de trapo es el llamado “tripa del buey”, que danza debajo de la figura y presenta diferentes coreografías.
Presentador:
El maestro que dirige toda la ópera cabocla. Es el encargado de explicar cada momento del espectáculo y de guiar a los espectadores a lo largo del mismo. Además, dirige el espectáculo de sonidos, colores y alegría.
Levantador o cantante de toadas:
Es quien entona las toadas durante la representación y el encargado de mostrar la armonía existente entre el boi-bumbá y la gente. El cantante dirige el espectáculo musical de la ópera cabocla.