El río Negro, como su propio nombre denota, es un río de aguas muy oscuras. Su tonalidad, que recuerda al té negro, se debe a la gran cantidad de ácidos orgánicos procedentes de la descomposición de la vegetación.
Sus aguas presentan un alto grado de acidez, con un pH de entre 3,8 y 4,9, y su temperatura media es de 28 °C.
Por su parte, las aguas del río Solimões tienen una tonalidad arcillosa que se parece bastante al café con leche. Esto se debe al gran número de sedimentos que el agua lleva consigo en su recorrido al pie de la Cordillera de los Andes.
Sus aguas son más frías que las del río Negro, con una temperatura media de 22 °C. Además, fluye mucho más rápido, discurriendo a una velocidad cercana a los 6 kilómetros por hora.
El Encuentro de las Aguas es la confluencia del río Negro con el río Solimões que, al principio, no se mezclan. Este fenómeno se extiende a lo largo de casi 6 kilómetros. Después, ambos ríos se unen y pasan a llamarse río Amazonas, una de las principales actividades económicas y de transporte para los habitantes de la ciudad de Manaos.
La diferencia de descomposición, índice de acidez, temperatura y densidad de las aguas evita que ambos ríos se mezclen en el punto de encuentro. El contraste de colores es tan intenso que este fenómeno puede verse incluso desde el espacio. A veces, el agua se topa con obstáculos que forman fuertes remolinos, agitando las aguas de ambos ríos y creando formas muy hermosas.
Fuente: Mega Curioso